viernes, 23 de abril de 2021

Ética, Transparencia y Política Anticorrupción en la Gestión Pública

 Ética, Transparencia y Política Anticorrupción en la Gestión Pública

      Por Daniel Severino Arias
Master en Gestión Pública Local

Preámbulo:

Este trabajo tiene por objeto presentar una opinión razonable sobre la ética, la transparencia y política anticorrupción en la gestión  pública. Dicho de otra manera, emitir una opinión sobre la construcción de un sistema de control de tipo administrativo sobre las autoridades públicas basado en criterios éticos y de conducta de la confianza política derivado del principio democrático, esto es, de un sistema basado en la idea de la responsabilidad política que se ventila ante los correspondientes órganos de representación de los ciudadanos o, en último caso, en las correspondientes elecciones (caso de los miembros de las corporaciones locales).

Determinando si este modelo de control de tipo administrativo basado en criterios éticos y de conducta implica que el tradicional sistema de control político en última instancia residenciado en las elecciones no ha funciona adecuadamente frente a los casos de actuaciones irregulares de las autoridades. Si se podría afirmar que las votaciones no “castigan” a las autoridades que han defraudado nuestra confianza.

Y razonar sobre vigencia y efectividad del control democrático sobre los representantes públicos, así como la oportunidad de que ante los casos de irregularidades deban construirse modelos de control basados en principios éticos.

 

Sumario:

 

Para desarrollar la temática que se nos plantea, hemos identificado los siguientes criterios, de los cuales emitiremos una opinión razonable de cada planteamiento, ajustado a los criterios éticos de conducta basado en los principios democráticos.

 

ü  Una opinión sobre la construcción de un sistema de control de tipo administrativo sobre las autoridades públicas basado en criterios éticos y de conducta derivado del principio democrático.

ü  Analizar si el actual modelo de control administrativo basado en criterios éticos y de conducta implica que el tradicional sistema de control político residenciado en las elecciones, ¿no funciona adecuadamente frente a los casos de actuaciones irregulares de las autoridades?

ü  Afirmar si el actual modelo de votaciones no se castigan a las autoridades que defraudaron nuestra confianza.

ü  Opinar sobre la vigencia y efectividad del control democrático sobre los representantes públicos.

ü  Y si antes los casos de irregularidades deben construirse modelos de control basados en principios éticos.           


 

Opinión sobre la construcción de un sistema de control de tipo administrativo sobre las autoridades públicas basado en criterios éticos y de conducta derivado del principio democrático.

 

La construcción de un sistema de control de tipo administrativo aplicado en la administración publica, basado fundamentalmente en los criterios éticos de conducta acorde con los principios democrático, es tarea esencial para el funcionamiento del un “Buen Gobierno”. El "buen gobierno" reconoce la capacidad de conseguir que se hagan las cosas, que no se basa en el poder del gobierno para mandar o emplear su autoridad. Considera que el gobierno puede emplear técnicas e instrumentos nuevos para dirigir y guiar. Como señala Stoker, G. (1998).

El buen gobierno será aquel que se sustente en el equilibrio democrático de los tres Poderes del Estado, “Ejecutivo, Legislativo y Judicial”.

El que da fiel cumplimiento a las leyes y normas que lo regulan, respeta la participación grupal o individual ordenada de sus ciudadanos y ciudadanas.

El buen gobierno es aquel que aplica los principios éticos y de transparencia en su forma de gobernar.

Un buen gobierno es aquel que promueve la uniformidad y objetividad en los distintos organismos que lo conforman, con la aplicación de principios administrativos que promueven la eficacia y otros principios, como lo establece La Constitución dominicana establece, en su Artículo 138.- Principios de la Administración Pública. La Administración Pública está sujeta en su actuación a los principios de eficacia, jerarquía, objetividad, igualdad, transparencia, economía, publicidad y coordinación, con sometimiento pleno al ordenamiento jurídico del Estado. La ley regulará:

El Estado dominicano está provisto de un marco regulatorio, conformado por leyes que avalan su accionar ante la sociedad, mas sin embargo, no se refleja en la población, quizás, se deba a la falta de empoderamiento de la ciudadanía,  y a la falta de voluntad política por parte de los gobernantes, que no se ejecuten las leyes correctamente. 

Tenemos las leyes que nos regularían adecuadamente si se aplicarán y se respetarán. Pero la sociedad es la primera participe de exigir que estas se cumplan, ¡pero no lo hacen!, dejando al funcionario la libertad de realizar sus funciones a su antojos y formas, excluyendo siempre al ciudadanos, que es para quien presta sus servicios.

La ética es fundamental en el accionar de cada funcionario, pero no puede quedarse sola, deberá ser acompañada por una serie de principios y valores, que animen al funcionario a ser integro en su labor. La ostentación de una posición no puede ser la base de pretender escalar posiciones importantes en el gobierno, tiene que respetarse los principios y las leyes, que rigen el buen gobierno, aquel que practica la transparencia y la ética.

Por todo lo expuesto, es evidentemente imprescindible la  construcción de un modelo de control de tipo administrativo sobre las autoridades públicas, basado en criterios éticos y de conductas firmes, derivado sobre todo del principio democrático. Sin dejar de lado la participación de la sociedad, que está, este totalmente informada de todos los procesos, que les permitirán el empoderamiento masivo y la participación, reconociendo cada accionar de sus gobernantes: estos buen gobierno, esto reflejara la transparencia.

 

Análisis sobre el actual modelo de control administrativo basado en criterios éticos y de conducta implica que el tradicional sistema de control político residenciado en las elecciones ¿no funciona adecuadamente frente a los casos de actuaciones irregulares de las autoridades?

 

El actual modelo de control administrativo basado en criterios éticos de conducta, podría funcionar adecuadamente frente a los casos de actuaciones irregulares de las autoridades, en el ámbito de la administración pública, porque se ha demostrado a lo largo de la historia y esto lo digo a opinión personal, que el tradicional modelo de control político residenciado en las elecciones no ha funcionado, y los hechos están ahí, una muestra es, el porqué los países subdesarrollado no han alcanzado rozar el umbral del desarrollo pleno, y una muestra más, está en el ofrecimiento de los servicios de primera necesidad de la población. ¿Tanto tiempo que ha pasado y tanto esfuerzo realizado y aun no se ha logrado?, y todo a causa del fracaso del actual modelo político residido en las elecciones, debido a que este modelo se basa en la política clientelar, fundamentado en el fantasioso dicho de ¡quien ostente ofrecer más, ese es a quien seguirán!.

Si se empleara el modelo de control administrativo basado en los principios éticos y de conducta,   aplicando la transparencia en el manejo de los fondos públicos, mejorarían significativamente las administraciones públicas, por que se contaría con las herramientas eficaces para el manejo de los recursos público. Con la aplicando los principios de ética y transparencias, que son pilares fundamentales para el desarrollo de la sociedad.

 

¿Se puede afirmar si el actual modelo de votaciones no se castiga a las autoridades que defraudaron nuestra confianza?

 

Al afirmar si las votaciones no castigan a las autoridades que defraudan la confianza de los ciudadanos y ciudadanas electores; castigar con votaciones, consiste en que la ciudadanía empoderada, cuando practica su derecho eleccionario, no favorece a aquellos que lo han defraudado, por lo cual considero que en el caso de los funcionarios a nivel nacional, no tan evidente el castigo por parte de los electores, sobre los altos cargos políticos que no han desarrollado una de buen gobierno y han defraudado su confianza.

 Pero lo mismo no sucede a nivel local (dígase en la elecciones a nivel provincial, municipal y distrital), donde la escogencia de las autoridades tanto a nivel legislativa como municipal, se ven seriamente castigadas por su conducta observada durante el período por el cual fueron electas y electos para desempeñar una función. Cuando el ciudadano al no ver respuestas a las situaciones planteadas, castiga al funcionario que no ha cumplido con su responsabilidad, y mucho más aun si lo aplicamos al modo clientelar.

Para lo ante planteado podemos decir que se aplica el viejo adagio que reza: “a pueblo chico, infierno grande”. Estas son conductas observadas muy a menudo, en cada proceso eleccionario, que cuando el ciudadano contempla la persecución generalizada en una determinada localidad, de que sus funcionario no les han dado respuestas contundentes a sus demandas, ósea no se ve reflejada la labor de buen gobierno, éste aplica el castigo eleccionario, votando en contra de dichos funcionarios.

Por lo que se puede considerar que el castigo eleccionario es más evidente a nivel local, que a nivel nacional, porque es ambos casos incide la cercanía de la población al funcionario en su labor de ejecución de gobierno, ya que es muy difícil a beses percibir los niveles de transparencia y principios de buen gobierno a nivel nacional.

 

Opinión sobre la vigencia y efectividad del control democrático sobre los representantes públicos

Para tratar este criterio sobre la vigencia y efectividad del control democrático sobre los representantes político, lo referiré al siguiente planteamiento, que dice “Los gobernantes no son solamente individuos distintos que ocupan una posición diferente de la de los gobernados, sino que conservan en sus decisiones cierta independencia frente a la voluntad de los gobernados”, como indica, Manin, B. (1995). Esto a raíz de que ninguno de los gobiernos representativos instituidos desde fines del siglo XVIII ha permitido los mandatos imperativos ni han reconocido la validez jurídica de las instrucciones dadas por los electores. Tampoco la sociedad ha instituido la des probabilidad  definitiva de algunos de sus representantes. Por lo que se ha evidenciado la no vigencia efectiva del control democrático, ya que los representantes no han dado cabida eficaz de ser regulado por los controles democráticos, han dejado de lado la participación ciudadana en el ejercicio de sus gobiernos. A fruto de no ser participativos, practicantes de la justicia y la igualdad social, no han reflejado los principios de ser catalogado como buenos representantes democráticos, dignos del buen gobierno.

 

Antes los casos de irregularidades deben construirse modelos de control basados en principios éticos.

La construcción  de un modelo de control basado en principio ético es fundamental para la realización de un buen gobierno basado en los principios éticos y de transparencia, que es la forma fundamental para que se puedan desarrollar las bases normativas y aplicarlas en las ejecutorias del buen gobierno. Sin estos mecanismos de controles, la gobernanza seria insostenible para el Estado como único administrador de los recursos.

“La ética para los servidores públicos se refiere a situaciones de aplicación. El bien común, lejos de ser una abstracción, se materializa en cada acto realizado en las múltiples instancias de la Administración Pública. Es la suma de miles de decisiones diarias de los servidores que laboran en las organizaciones públicas”. Indicado en Bautista, O. D. (2007).

Es inminente contar con profesionales honestos y capacitados para llevar a cabo la realización del buen gobierno, esta tarea no puede jamás quedar en manos, solamente del personal político de altos cargos y de confianza, debido a que estos por lo general son transitorios en los cargo, esta tarea deber reposar en la responsabilidad de personal de carera calificado, fieles cumplidores de las normativas, que velaran por el sano ejecutar del gobierno, en favor de la mayoría.

Conclusiones finales

Denotar que la ética y la transparencia en los proceso administrativos públicos juegan un papel preponderante para el correcto funcionamiento de las ejecutorias de los funcionarios públicos. Tantos los principios éticos, democráticos y la transparencia son pilares que garantizan el buen gobierno de las sociedades y por demás las sociedades con buenos gobiernos, estarán encaminadas y a la permanencia del desarrollo sostenido de sus entornos.

Como fuimos indicando en cada uno de los criterios señalados, la ética y la transparencia en el buen manejo de la ejecutorias de los funcionarios gobernantes de turnos, tanto nacional, como en el ámbito local, en ellos es vital la aplicación de los principios éticos y democráticos, para que puedan en fin desarrollar una actividad enteramente transparente, en donde no sea necesaria la confianza y que no depende solamente de las normativas, sino del sano criterio personal del funcionario, que apegado a una serie de principios éticos y valores morales, se pueda alcanzar y llevar a cabo el accionar de un buen gobiernos que actúe al servicios de sus ciudadanos.

Para finalizar cito la siguiente frase de Alarcos Martínez “Quienes son o pueden llegar a ser capaces de ejercer este arte tan difícil y tan noble que es la política, prepárense para ella y procuren ejercitarla con olvido del propio interés y de toda ganancia banal. Luchen con integridad moral y con prudencia contra la injusticia y la opresión, contra la intolerancia y el absolutismo de un solo hombre o de un solo partido político; conságrense con sinceridad y rectitud, más aún, con caridad y fortaleza política, al servicio de todos. Citado por Citado por Alarcos M. (1999).

 Referencias:

Constitución Dominicana del 26 de enero de año 2010

Stoker, G. (1998). El buen gobierno como teoría: cinco propuestas. Revista Internacional de Ciencias Sociales, 155, 3-35.

Manin, B. (1995). La democracia de los modernos. Los principios del gobierno representativo. Revista Sociedad, 6, 13-38.

Diego Bautista, O. (2009). Ética pública y buen gobierno.

Bautista, O. D. (2007). Ética y política: valores para un buen gobierno. Encuentros multidisciplinares, 9(27), 22-37.

Alarcos M. (1999). Francisco: Para vivir la ética en la vida pública, p. 111

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